Nisa, el Alentejo francés
Nisa es un municipio de 8.000 habitantes que limita con España por la zona de Cedillo y Valencia de Alcántara. Es una villa famosa por su cerámica, semejante a la de Ceclavín, su chanfaina y sus quesos, tan parecidos a los españoles. Pero además, tiene una ascendencia francesa muy curiosa. De hecho, se llama así por la Niza francesa.
Caminamos por el centro de Nisa. Andamos un poco perdidos. En la oficina de Turismo nos han recomendado que comamos en el restaurante de Sara Vila, pero no lo acabamos de encontrar. Pasa una chica de tez clara y cabello rubio. Le preguntamos por el local. Duda, nos responde que si entendemos el francés. Como somos del bachillerato antiguo, asentimos. Nos confiesa que ni idea: «Je ne sais pas». De acuerdo, pero el azar nos lleva a la casa de comidas de Sara: queda a 10 metros.
Nos sentamos. Unas aceitunas, unas cervezas con los vasos de tubo helados, unos carteles anunciando todos los datos higiénicos, hasta el tipo de jabón de los baños. Buenos detalles. Más: bandejas repletas de patatas fritas caseras, bandeja de ensalada, bandeja de arroz. La clientela es portuguesa. Pero... Eso que se escucha es francés. A nuestro lado, en una mesa de diez personas, se habla en francés y portugués indistintamente. ¿Es casualidad o hay una base en tanto afrancesamiento?
Nisa es un municipio de 8.000 habitantes que limita con España por la zona de Cedillo y Valencia de Alcántara. Es una villa famosa por su cerámica, semejante a la de Ceclavín, su chanfaina y sus quesos, tan parecidos a los españoles. Pero además, tiene una ascendencia francesa muy curiosa. De hecho, se llama así por la Niza francesa.
Caminamos por el centro de Nisa. Andamos un poco perdidos. En la oficina de Turismo nos han recomendado que comamos en el restaurante de Sara Vila, pero no lo acabamos de encontrar. Pasa una chica de tez clara y cabello rubio. Le preguntamos por el local. Duda, nos responde que si entendemos el francés. Como somos del bachillerato antiguo, asentimos. Nos confiesa que ni idea: «Je ne sais pas». De acuerdo, pero el azar nos lleva a la casa de comidas de Sara: queda a 10 metros.
Nos sentamos. Unas aceitunas, unas cervezas con los vasos de tubo helados, unos carteles anunciando todos los datos higiénicos, hasta el tipo de jabón de los baños. Buenos detalles. Más: bandejas repletas de patatas fritas caseras, bandeja de ensalada, bandeja de arroz. La clientela es portuguesa. Pero... Eso que se escucha es francés. A nuestro lado, en una mesa de diez personas, se habla en francés y portugués indistintamente. ¿Es casualidad o hay una base en tanto afrancesamiento?
Pues algo de base hay porque estamos en un municipio que limita con España, pero que se podría llamar el Alentejo francés. Este territorio fue donado en 1199, tras su reconquista, por el rey Sancho I a los templarios, que levantaron donde hoy está Nisa una fortaleza. Después trajeron colonos franceses para repoblar la comarca. Así, sus primeros pobladores fueron oriundos de Niza y fundaron aquí Nova Nice o Niza a Nova frente a su natal Niza a Velha. Otros vinieron de Montauban y dieron nombre a la 'freguesia' de Montalvao; de Arles, y fundaron Arez; o de Toulouse, y así nació Tolosa.
Nisa, en fin, tiene ocho 'fregresias' o parroquias que suman algo más de 8.000 habitantes. La capital acoge a 4.000 vecinos. Como en casi todos los municipios del Alentejo, se repite la misma evolución demográfica que en Extremadura: en 1960 Nisa tenía más del doble de población (17.976), después, la emigración.
Queda pues definida la historia afrancesada de la villa y también su presente, con muchos emigrantes en Francia y franceses que vienen a estudiar a Nisa o a conocerla por su antigua raíz gala. Y lo primero que conocen, como casi todo el que llega, es su súper plaza de la República, donde está casi todo: las tiendas de cerámica, bordados y recuerdos, los cafés clásicos, algún restaurante, el cine-teatro, la estupenda y activa biblioteca, el puesto de Turismo.
Divertido caos
Aquí se puede aparcar cómodamente y aquí se celebran las ferias, los conciertos y los acontecimientos. Acaba de ser remodelada, urbanizada y adornada con fuentes y lo que antes era un divertido caos, hoy es un razonable desorden. Porque uno sigue llegando a la plaza y se sigue liando. Aunque en Portugal, al final, todo tiene solución. Así que ya hemos comido, hemos dejado el coche bien estacionado y nos hemos aprovisionado de estupendos folletos y planos que facilitan en la oficina de Turismo. Paseemos, pues, y hagámoslo sin un rumbo fijo.
Nos adentramos en la parte vieja y vamos descubriendo el rollo o pelourinho, las casonas burguesas, las callejas humildes, donde salen al paso esos tendales de ropa que hasta los de National Geographic asocian a Portugal y dan órdenes taxativas a sus fotógrafos: «No volváis de allí sin fotos de ropa tendida»". Pero en El País que Nunca se Acaba sabemos perfectamente que Portugal es algo más que cuatro tópicos y un tendal.
Fotografiamos a señoras que cosen en la calle. Y no se trata de algo típico, sino de una artesanía callejera secular con su orden y su organización. Así, en Nisa hay seis tipos diferentes de bordados tradicionales y, además de los grupos esporádicos, existen tres grupos organizados de señoras bordadoras: el del mercado, el de la calle de la Hidroeléctrica y el de la 'fregresia' del Espíritu Santo.
Nisa es un pueblo muy artesano que celebra del 31 de julio al 4 de agosto de este año Nisartes, Feria Internacional de Artes Tradicionales. En ella estarán ceramistas de Ceclavín pues no en vano la cerámica de chinitas de Nisa es semejante a la cerámica empedrada ceclavinera y ambos estilos son únicos en la Península. En Nisa no se ponen de acuerdo sobre el origen de esta alfarería particular: para los más nacionalistas, tendría relación con Estremoz, aunque parece un poco traído por los pelos porque este estilo no tiene nada que ver con aquel y porque Estremoz queda a 84 kilómetros. La otra versión sitúa en Ceclavín el origen del barro con piedrecitas de cuarzo incrustadas para dar una consistencia especial a la pieza.
La cerámica y los bordados se pueden comprar en la Plaza de la República, aunque si se quiere comprar en el propio taller, los tres principales ceramistas de Nisa lo tienen en la carretera de Montalvao, Antonio Piedade; en la Rua Sidonio Pais, 36, Antonio Louro y en el 72 de la Rua 25 de abril, Antonio Pequito.
Además de la cerámica, los quesos de oveja de Tolosa y la chanfaina (açorda de sarapatel) demuestran claramente que, también por aquí, la frontera nunca existió.
La historia y el presente de la cerámica y el bordado de Nisa se entienden mejor visitando el Museo do Barro e do Bordado. Fue inaugurado el pasado 17 de mayo y se lo encuentra uno paseando por el casco viejo, justo junto a la bella puerta medieval de Montalvao, donde estuvo la llamada cárcel nueva. Abre de 10 a 12'30 y de 14 a 17'30, siempre hora portuguesa.
Pero seguimos nuestro paseo y vamos conociendo los monumentos nacionales de Nisa: las puertas Da Vila y la ya mencionada de Montalvao, la muralla, levantada en 1343, como es habitual en la Raya, para defenderse de la amenaza española, o el dolmen de Sao Gens, situado en la periferia, que da continuidad a la riqueza megalítica extremeña de la zona vecina de Valencia de Alcántara.
Otro atractivo de Nisa son sus termas. Recientemente modernizadas con la construcción de un estupendo edificio, siguen siendo muy eficaces para combatir el reúma, los problemas respiratorios, el ácido úrico. ¡Y atención, novedad termal en la región! Son muy recomendables para combatir el colesterol y las hemorroides.
Dormitar
Nuestro paseo por Nisa va acabando. Nos llama la atención la gran cantidad de gatos que merodean por el casco antiguo, las puertas ojivales, la impronta judía, la muralla asomando entre las casas. Regresamos a la gran plaza y, antes de marcharnos, decidimos probar los placeres de una 'bica' en el Alameda, un clásico café para mirar: todas las sillas de la terraza apoyadas en la pared, de cara a la plaza, los paisanos solitarios dormitando, el jefe viendo dentro un documental de animalitos y también dormitando, un perro cachazudo echado en la puerta, sin dejar pasar, y también sesteando. Las fuentes de la plaza hipnotizando con su sonsonete y, ¡qué remedio!, también nosotros acabamos haciendo algo poco francés, pero muy extremeño, muy alentejano: dormitar.
CUADERNO DE VIAJE
Cómo llegar: De Badajoz, por Portalegre y Alpalhao. De Cáceres, por Cedillo o por Valencia de Alcántara y Alpalhao.
Dónde comer: Sara Vila, recomendable casa de comidas sin turistas: queixadas (quijadas) de porco, carne de porco alentejana (7), bifinhos con natas (5'50), bife de novillo (8'50), chuleta de novillo (9), secreto (9), chocos grelhados (8'50), mousse de chocolate o fresa, serradura o tarta del Algarve (1'50).
"Su queso y su cerámica son 'extremeños' y sus 'freguesias', 'francesas'"
EL PAÍS QUE NUNCA SE ACABA POR J. R. ALONSO DE LA TORRE
Comentário de RODOLFO VALENTINO
Por Nisa es por donde, en buena lógica, debería dirigirse la futura conexión de la autovçia A-58 hasta la A-23 portuguesa, para conectar, en recorrido corto y lógico una autovía Madrid-Caceres-Valencia de Alcantara y Lisboa. La autovía Trujillo-Cáceres-Valencia de Alcántara debería acortar la distancia entre Cáceres y Valencia de Alcántara en unos 25 kilometros con respecto a la longitud excesiva de la carretera nacional N-521 ( a su tortuoso y vericuetoso trazado, le sobran kílómetros y "subeybajas" dignos de la mas endiablada montaña rusa). Debería, además, entrar por la frontera, algo al norte de Valencia de Alcántara y al sur de Cediilo, para dirigirse por Nisa hasta la "inflexión" hacía el norte de la A-23. El trazado desde la frontera, por ese punto, que debería convertir Portugal en autovía, sería sólo de unos 25 kms, y la rentabilidad que obtendrían por ello todos los portugueses de Lisboa y de es zona del país sería inmensa para tan poco gasto. Es decri, Portugal dirçia que sçi sin dudar ni un minuto a la menor ocasiçon que ese proyecto se le plantee en una cumbre hispano=lusa.
Por Nisa es por donde, en buena lógica, debería dirigirse la futura conexión de la autovçia A-58 hasta la A-23 portuguesa, para conectar, en recorrido corto y lógico una autovía Madrid-Caceres-Valencia de Alcantara y Lisboa. La autovía Trujillo-Cáceres-Valencia de Alcántara debería acortar la distancia entre Cáceres y Valencia de Alcántara en unos 25 kilometros con respecto a la longitud excesiva de la carretera nacional N-521 ( a su tortuoso y vericuetoso trazado, le sobran kílómetros y "subeybajas" dignos de la mas endiablada montaña rusa). Debería, además, entrar por la frontera, algo al norte de Valencia de Alcántara y al sur de Cediilo, para dirigirse por Nisa hasta la "inflexión" hacía el norte de la A-23. El trazado desde la frontera, por ese punto, que debería convertir Portugal en autovía, sería sólo de unos 25 kms, y la rentabilidad que obtendrían por ello todos los portugueses de Lisboa y de es zona del país sería inmensa para tan poco gasto. Es decri, Portugal dirçia que sçi sin dudar ni un minuto a la menor ocasiçon que ese proyecto se le plantee en una cumbre hispano=lusa.
1 comentário:
Bueno,Bueno,Bueno,Eu gostava mesmo de saber quem é a anedota que está a tentar esvrever em espanhol: Por outras palavras,é tão idiota que nem escreve em Português nem em Espanhol,pois as gafes que comete ao querer escrever espanhol,mais vale que aprenda a escrever nesse idioma e não querer fazer de nós possívelmente aquilo que você é:Que é ignorante em querer fazer dos outros parvos.Este trexo RODOLFO VALENTINO,é na realidade a coisa mais horrível que há muito tempo eu não lia.Tenham juízo e não ofendem Nuestros Hermanos.
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